Uz: el pueblo
Comedia irreverente y loca que utiliza recursos del vodevil para dilapidar los estamentos de la familia, la religión y la sociedad.
El pueblo de Uz vive en armonía bajo la protección de Dios. Un día, la voz de Dios habla con una de sus fieles creyentes, Grace, hasta ahora una mujer felizmente casada con un marido enamorado y madre de una hija autista y un adolescente ejemplar. Dios le pide que sacrifique a uno de sus dos hijos, sin poder mencionar a nadie el encuentro divino y, tras sus dudas, decidirá acatar sus órdenes. Varios intentos fallidos para cumplir con el asesinato, una pelea con el marido para alejarlo del hogar, una supuesta infidelidad... la intervención del carnicero, la hija del carnicero, el cura y las vecinas cotillas completarán el cuadro casi esperpéntico de esta trama de enredos entre buena gente.
La semilla plantada por Dios pondrá en cuestión la armonía familiar, el amor y los valores frente a la fe ciega. El marido será el personaje que estará al otro lado del desequilibrio que, ciego de amor, luchará por conservar a su mujer más allá de los límites de la racionalidad.
Los dos protagonistas que conforman el matrimonio son los personajes mejor definidos, con mayor desarrollo y complejidad moral frente al resto, simples comparsas de la situación creada. Aquí encuentro uno de los mayores inconvenientes de la obra porque no ahonda en las líneas que se ha trazado, el resto de los personajes del pueblo son muy secundarios y están desaprovechados: el papel del cura podría haber dado mucho más juego, las vecinas envidiosas que asedian al varón que ha quedado libre sólo funciona como elemento cómico (exagerado, estereotipado y repetido), los hijos no salen del rol inicial (autismo de la hija e ingenuo adolescente), la hija del carnicero casi no existe. Tiene más chispa el papel de víctima del carnicero que sirve para generar más tensión en el enredo. Por otra parte, la vuelta de tuerca final resulta innecesaria y resta valor a todo lo narrado.
A pesar de las posibilidades desechadas, esta comedia cínica de humor negro que se enreda hasta el sinsentido, para hacer una crítica del hombre, la fe, el amor y la convivencia, funciona muy bien y nos hace reír.
Si Pepe Viyuela está desbordante en su papel, Nuria Mencía hace una soberbia interpretación (una de sus mejores actuaciones) en su personaje de madre que va perdiendo el juicio y se mueve con la inercia de un muñeco de trapo. José Luis Alcobendas también se luce en su corta intervención como el cura.
Javier Losán es el maravilloso y patético carnicero. Más ajustados en sus dotes interpretativas los actores jóvenes.
La dirección de Natalia Menéndez perfecta con el ritmo y movimiento en escena, con salidas y entradas continuas de personajes, propio del enredo desenfrenado; exquisita en evitar la autoparodia salvo en alguna escena de seducción de las vecinas que, además, se repite de forma innecesaria. El vestuario completa la caracterización de los personajes para reforzar los papeles. La escenografía de Monica Boromello resulta convencional en ese espacio de cocina y salón, ajustado a las necesidades de la representación, con una extraña tienda india que será clave en la resolución final.
"Uz: el pueblo" es una comedia crítica que os hará reír en su locura y que os sorprenderá. Aunque no sea perfecta, tiene el interés suficiente para recomendar que vayáis a verla.
Texto: Gabriel Calderón
Adaptación y dirección: Natalia Menéndez
Intérpretes: José Luis Alcobendas, Julio Bohigas-Couto, Ángela Chica, Trinidad Iglesias, Javier Losán, Nuria Mencía, Ruth Núñez, Veki Velilla, Pepe Viyuela y Rocío Calvo.
Iluminación: Juan Gómez-Cornejo (AAI)
Escenografía: Monica Boromello
Vestuario: Antonio Belart
Sonodo y música original: Mariano Marín
Movimiento escénico: Mey-Ling Bisogno
Ayudante de dirección: Pilar Valenciano
Producción: Teatro Español y La Villarroel
Teatro: Teatro Español Del 16 de marzo al 7 de mayo de 2023
Duración: 90 minutos
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