Luces de bohemia
"Luces de bohemia" es la obra más emblemática del teatro del esperpento de Valle-Inclán pero, al mismo tiempo, una de las más complejas para representar, con múltiples pequeñas escenas y numerosos personajes que se entrecruzan con Max, el protagonista.
No es fácil conseguir que el microcosmos representado de la sociedad española de aquel tiempo y el drama de ese gran protagonista creado por Valle-Inclán lleguen al espectador en la misma medida, que estos dos ejes de la obra generen empatía y credibilidad.
Max Estrella es un poeta, ciego, pobre y borracho, un cínico que se revuelve contra una sociedad que vive anclada en el pasado y no aprecia el valor de sus propios genios, un hombre que está ya a la vuelta de todo.
Asistimos al periplo nocturno que emprende con su amigo, el pícaro Latino de Hispalis, por las calles de Madrid y sus tascas. Pasará unas horas preso en la cárcel, visitará a viejos conocidos, será testigo de la represión de una manifestación...
Magníficos en sus papeles Ginés García Millán y Antonio Molero, referentes interpretativos; conforman un dúo genial, compenetrado, espléndidos en sus matices. Muy destacable también la escena de Millán y José Luis Alcobendas como preso anarquista, uno de los momentos más intensos de la obra y de esta representación. El resto del elenco bastante irregular, unos agudos en voces femeninas desaforadas que descolocaban, un papel impostado como Rubén Darío de Ernesto Arias que no me pareció creíble...
La escenografía ha jugado en contra de la representación: con muy pocos elementos, predomina el escenario oscuro y desnudo y dificulta la fluidez de la dramaturgia entre las escenas. El director Eduardo Vasco ha creado una representación de cuadros escénicos aislados, con unos vacíos gélidos entre ellos, de tal forma que me he sentido alejado de lo representado, consciente de ser un observador (lo peor que puede ocurrir cuando estás viendo una obra).
Las escenas con muchos actores me parecieron sobreactuadas, como si Eduardo Vasco hubiera indicado que allí debía de haber mucha alegría o barullo (incluida la manifestación, difícil de encajar). Otros ejemplos de escenas que no cuajan: aquella en que Max conversa con un ministro o la abrupta escena final de Max (nada matizada). Y no puedo terminar sin comentar esa parodia innecesaria, metida con calzador, de Hamlet y la calavera.
Lo mejor de la función fueron las escenas entre los dos protagonistas y la conversación en la cárcel.
Autor: Ramón del Valle-Inclán
Versión y dirección: Eduardo Vasco
Intérpretes:
Max Estrella: Ginés García Millán
Latino de Hispalis: Antonio Molero
Basilio Soulinake/Viejo que escribe: Alejandro Sigüenza
Claudinita: Andrea M. Santos
Zaratustra/Sereno: Ángel Solo
Don Filiberto/Borracho: César Camino
El Marqués de Bradomín/Guardia: David Luque
Rubén Darío/Guardia: Ernesto Arias
Madame Collet/Madre del niño: Irene Arcos
El chico de la taberna/Piano: Iván López-Ortega
Don Gay/Sepulturero: Jesús Barranco
Preso/El Pollo: José Luis Alcobendas
Capitán Pitito/Sepulturero: José Luis Martínez
Gálvez/Contrabajo/Guitarra: José Ramón Arredondo
Serafín el Bonito/Camarero: Juan Carlos Talavera
Clarinito/El Joven: Juan de Vera
La Lunares/La Chica: Lara Grube
Pérez/Guitarra/Percusión: Luis Espacio
La Pisabien: María Isasi
El Ministro/El Cochero: Mariano Llorente
El Rey de Portugal/Dieguito: Mario Portillo
Dorio de Gádex: Pablo Gómez Pando
La Portera/La Periodista: Puchi Lagarde
Vieja pintada/La Vecina: Silvia de Pé
Pica Lagartos/Ujier: Toni Misó
Escenografía y atrezzo: Carolina González
Iluminación: Miguel Ángel Camacho
Vestuario: Lorenzo Caprile
Música y ambientes sonoros: Eduardo Vasco
Ayudante de dirección: Laura Garmo
Producción: Teatro Español
Teatro: Teatro Español Del 17 de octubre al 15 de diciembre de 2024
Duración: 120 minutos
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