La patética
- Jesús Falcón
- 8 may
- 3 Min. de lectura

"La patética" es una sorpresa continua, nunca sabes qué va a ocurrir en esta locura de representación, un drama humorístico en el que la originalidad, el equipo artístico y la dirección se aúnan para regalar toda la magia que el teatro puede ofrecerte.

Pedro es un director de orquesta que se encuentra en la fase terminal de su enfermedad y decide entregarse a su pasión, su profesión y su arte, terminar la grabación de la sinfonía nº6 de Tchaikovsky, "La Patética". Su estado mental no siempre está en la cordura y hablará todo el tiempo con Tchaikovsky, literalmente, también discutirá con seres imaginados o fallecidos y con otros reales, su marido, el crítico teatral que lo detesta, los médicos... soñará, recordará y buscará vivir lo que le queda.
En este estado, recibe una invitación del concurso internacional Tchaikovsky para dirigir en Moscú "La Patética" en presencia de Putin. Si no puede grabar su última versión de esta obra, quizá pueda acudir y hacer un alegato en defensa de la libertad, contra el homófobo presidente, un acto que pase a la historia.
La locura mental se plasma en el caótico discurrir de la obra, los momentos pueden llegar a ser hilarantes, extraños, tiernos, sensuales y dramáticos, también hay espacio para la necesaria introspección. Se intercalan escenas y personajes en un frenesí que sorprende y mantiene el interés por saber qué pasa a continuación. Hay muchos momentos humorísticos, sutiles, irónicos o directos (de puro vodevil) que se intercalan con el drama, la reflexión, el diálogo filosófico, la amargura y la lucha.
No es, propiamente, una obra sobre la muerte, aunque también, sino un canto a la vida, al amor, a la amistad, a la pasión por lo que puede ofrecer el arte y el mundo.
En este caleidoscopio se exponen a la luz del espectador muchos temas, muchas cuestiones. Desde el debate sobre la causa de la muerte de Tchaikovsky (motivo humorístico) hasta la realidad actual de Rusia (aunque el discurso sea en exceso breve, abrupto). En la obra hay una reivindicación de la homosexualidad, el derecho de vivir tu vida con libertad y naturalidad y, también, el derecho a decidir cómo vivir el final de la vida (la disyuntiva de seguir tratamientos agresivos para alargar los días, con la presión de tu pareja, de los médicos...).
Sobre el arte apunta algunas reflexiones: qué puede aportar de nuevo el artista en el mundo de la interpretación cuando ya se ha abordado muchas veces a lo largo de la historia, por qué puede ejercer tanta influencia un crítico del arte sobre el artista, aunque, como en este caso, no se valore su criterio.
Aunque la obra se evada del drama lacrimógeno, el protagonista se enfrenta a la muerte con sus dudas sobre el más allá, el temor al final, la negación, la necesidad de concluir sus proyectos, incluso muestra celos por aquellos que van a sobrevivirle (también su marido) y seguirán sus vidas. La naturaleza implacable que sigue su curso sin detenerse en los que va dejando en su camino ¿Importa la posteridad?
La interpretación que hace Jesús Noguero en su papel de Tchaikovsky vuelve a poner de relieve que es un gran actor teatral. Israel Elejalde, intérprete sólido y que nos ha ofrecido memorables papeles, empieza la representación con poca energía, cierta languidez que enseguida remonta. Francisco Reyes brilla en su rol de crítico insoportable, con una caracterización humorística muy bien desarrollada. Inma Cuevas está desbordante en sus múltiples papeles. Jimmy Castro, Juan Paños y Manuel Pico son el elenco que completa muy bien el complejo montaje.
La escenografía de Paco Azorín nos sitúa en una sala insonorizada de grabación que acoge, de forma funcional, el espacio de otras escenas (escaleras y asientos surgen de las paredes poliédricas), al mismo tiempo que se juega con una iluminación muy marcada en claroscuros para acotar el espacio, concentrando todo el fluir arrollador de las escenas y los personajes.
"La patética" es un montaje desbordante, deja en el espectador un aluvión de imágenes, de sensaciones contrapuestas, pasa del humor al drama y del drama al humor sin apenas apercibirse. Una sorpresa ingeniosa.
"La patética" es puro teatro.
Texto y dirección: Miguel del Arco
Intérpretes: Jimmy Castro (Jon), Inma Cuevas (Anna, Madre, Irina, Loli y La Gloria), Israel Elejalde (Pedro), Jesús Noguero (Chaikovski), Juan Paños (Putin, Padre, Muerte y Samu), Manuel Pico (Músico, Montaigne, Kali y Comercial) y Francisco Reyes (Crítico y Doctor)
Escenografía: Paco Azorín
Iluminación: David Picazo
Vestuario: Ana Garay
Sonido: Sandra Vicente
Composición musical: Arnau Vilà
Ayudante de dirección: Pablo Ramos Escola
Producción: Centro Dramático Nacional y Teatro Kamikaze
Teatro: Valle-Inclán Del 8 de mayo al 22 de junio de 2025
Duración: 120 minutos

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