Cuando las canciones dejen de hablar de nosotros
- Jesús Falcón

- 16 oct
- 2 Min. de lectura

Historia de una pareja que vuelve a retomar su relación tras una ruptura. Una historia con muchas posibilidades, con momentos entrañables e incluso poéticos como la despedida, pero que lamentablemente no tiene el suficiente cuerpo dramático para convertirse en algo sólido.
Una vez más, me encuentro con un dramaturgo español contemporáneo que demuestra una gran calidad como escritor dramático pero que parece no tener la paciencia de elaborar más la obra o esperar un momento de inspiración para continuar con ella en un futuro. Así nos quedan personajes y situaciones que son un proyecto, un bosquejo de lo que podrían "haber vivido".

Tiempo después de la ruptura, él invita a su ex a cenar en su casa, donde vivieron juntos. Durante la cena él se encuentra nervioso y habla sobre las tres fases emocionales que sufren las parejas tras la ruptura. En la conversación surgen recuerdos que compartieron, como en la pandemia cuando ella atravesó la ciudad, con una bolsa de compra por si la detenía la policía, y se dieron el primer abrazo tras meses sin contacto humano... Retoman la relación, tienen una segunda oportunidad, inician la convivencia.
Tras esta escena muy bien construida, la obra se diluye en otras escenas de poca consistencia como la larga fiesta de cumpleaños con invitados que son parte del público (nos animan a participar y beber) o momentos de la vida cotidiana (vestirse y desvestirse con frecuencia, la ducha, el trabajo silencioso con el ordenador...). Incluso el delicado baile de la pareja desnuda hubiera sido una escena íntima y silenciosa de mayor calado si hubiera estado arropada con algo más de argumento, diálogo o desarrollo de personajes antes y después de la misma.
Tras 40 o 50 minutos de poca enjundia desde la primera escena, volvemos a reencontrarnos con otra escena bella y profunda (aviso de destripe, para que no sigáis leyendo si queréis dejaros sorprender si la obra tiene continuidad en nuestros escenarios): es el momento de la despedida con el recuerdo de lo compartido que se llevan, esas manos que fue lo primero que la enamoró... Y la escena del flashback. Nada más.
Cristina Salvador y Mario Patrón, que no los había visto interpretar hasta ahora, están espléndidos en sus papeles. Felicidades por su trabajazo.
Es una lástima las oportunidades perdidas de la obra. Hablar del enamoramiento, la dificultad de la convivencia y el desgaste que conlleva pero también de los momentos compartidos y que nos llevamos, poder hacerlo con esa intensidad y belleza que Julio Béjar demuestra pero sin concluir con la suficiente solidez dramática.
Otra vez será ¿no?
Texto, dramaturgia y dirección: Julio Béjar
Intérpretes: Cristian Salvador, Mario Patrón
Escenografía y Producción: La Íntima
Teatro: Nave 73 Del 16 al 19 de octubre de 2025
Duración: 90 minutos






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