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Ilusiones


Ilusiones es otra propuesta de teatro narrativo, en el que la parte dramatizada se reduce al mínimo. El texto del dramaturgo ruso, que lleva a escena Miguel del Arco, está plagado de sentencias acerca del amor verdadero, del amor correspondido y demás reflexiones sobre el amor. La obra va languideciendo, te golpea al oído alguna frase pretenciosa, alguna puro lirismo filosófico, una de cal, otra de arena. Destaca el gran trabajo interpretativo y la escenografía.


¿Qué le pudo interesar a Miguel del Arco para embarcarse en esta obra? Hay que reconocer que la dirige con cariño e inteligencia.




Es la historia de dos parejas de ancianos. Dani y Sandra, Margarita y Alberto. Dani se despide de su mujer, le agradece toda la felicidad que le ha dado, su amor como impulso vital. Las confesiones, los recuerdos, la expresión del amor, la pasión... forman parte de estas vidas que acaban pasados ya los ochenta años, aparentemente con todo ya cumplido. Aunque hay sentimientos no confesados...

Pero la voz de estos personajes la ponen cuatro jóvenes que nos narran los diálogos de los ancianos. Primero será Marta Etura la que ponga voz a Dani y luego a Sandra, y así sucesivamente.

Estos jóvenes se encuentran en un lugar extraño, como si de un almacén gigante fuera, llena de trastos; juguetean con unas sillas sobre las que giran en una plataforma como si fuera una atracción de feria, se interrumpen en un tono festivo... marcan un cierto desenfado, una ruptura que da un respiro al relato.


Definir el amor, expresar la felicidad, enarbolar todos esos sentimientos como fundamento de la obra (multiplicado por cuatro) resulta excesivo. Algunas frases quedan bellas y profundas sobre un papel pero expresadas en alto resultan pretenciosas, artificiales. Además, hablar del amor es algo tan trillado que también cae en ocasiones en la repetición de lugares comunes.

Descubrir que entre esas dos parejas ha podido haber un enredo, es otro lugar común que tampoco llega a emocionarnos con la sorpresa de lo imprevisto.

El texto intenta aligerarse con recuerdos de juventud pero precisamente entonces pierde interés. El episodio de Dani cuando vio un platillo volante resulta sonrojante ¡qué manía con hablarnos de ovnis en el teatro actual! (maravillosa parodia del tema en El tratamiento). El texto interesa más cuando nos hablan del momento final de estas vidas.

Parte del tedio se subsana con la grandísima interpretación que hacen los cuatro actores. Consiguen una vitalidad narrativa y expresiva que está más allá de lo imaginable con semejante texto. Mi más sincera admiración.


La escenografía es imponente pero innecesaria. Todo ese decorado costoso, lleno de sugerencia atmosférica, no concuerda con la sencillez del planteamiento escénico.

El teatro narrativo es una corriente que se extiende cada vez con más fuerza. Tiene el atractivo de la experimentación (aquí las voces de hombre y mujer que se intercambian entre diferentes actores y sexos), el atractivo de una vitalidad superior frente al monólogo y, por poner otro ejemplo, ahorra o debería ahorrar gastos en decorado. El gran problema de esta forma teatral es su inmovilismo, la palabra frente a la acción, que lastra con facilidad el dinamismo que una puesta en escena conlleva.

Ilusiones es un montaje que sirve de ejemplo para demostrar que no todo en Kamikaze es genial.


Texto: Ivan Viripaev

Dirección: Miguel del Arco

Intérpretes: Marta Etura, Daniel Grao, Alejandro Jato, Verónica Ronda

Ayudante de dirección: Gabriel Fuentes

Escenografía: Eduardo Moreno

Vestuario: Sandra Espinosa

Iluminación: Juanjo Llorens

Producción: Kamikaze Producciones

Teatro: Pavón Teatro Kamikaze 25 de abril a 13 de mayo de 2018

Duración: 100 minutos

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