Mirona
Mirona es una joven loca a la que le gusta observar la ciudad y su gente, y las nubes, y el cielo y el firmamento, desde los tejados. Prefiere la compañía de una mosca a la de los seres humanos.
Un monólogo que de forma sencilla interpreta Ángela Chica y dirige Juan Vinuesa pero que se nos atraganta por el imposible texto de Paco Bernal.
Una maravillosa oportunidad para hablarnos del ser humano desde la locura, o no locura, que desperdicia el dramaturgo. O para hablarnos de un ser marginal ¡qué atractivo! Y parece que por ahí podían ir sus intenciones pero pasa de largo (comentarios marginales) y desarrolla un aburrido texto repleto de divagaciones insustanciales que pueden ir de los comentarios machacones sobre la forma de las nubes a nombrar más de veinte coleópteros, por poner un ejemplo llamativo. Su mirada resulta, en definitiva, vacua.
No hay un retrato psicológico del personaje aunque se trate de un monólogo de una joven marginal. Poco más que añadir.
La sencilla y hermosa escenografía reproduce de forma realista el tejado a dos aguas, con sus tejas y chimeneas, de una casa tradicional. Por ella se mueve con acierto Ángela Chica, dando dinamismo al monólogo aunque la palabra dinamismo, con semejante parlamento, puede parecer una ironía por mi parte.
Se agradece que la obra dure una hora.
Texto: Paco Bernal
Dirección: Juan Vinuesa
Escenografía: Ícaro Maiterena
Iluminación: Pedro Yagüe
Intérprete: Ángela Chica
Teatro: Sala Lagrada 23 de febrero a 18 de marzo de 2018
Duración: 60 minutos