Sensible
El tema de la obsesión amorosa, cantado ya por los juglares, ha producido bellos poemas, novelas, obras de teatro... Sensible se basa en una mediocre novela epistolar, "Veinticuatro horas en la vida de una mujer sensible" (1824), de Constance de Salm.
A pesar de la interpretación de Kiti Mánver y la coreografía de Muraday, la obra se nos hace pesada, tediosa, manteniendo un leve interés por los desventurados protagonistas.
Constance es una viuda madura, rica, que está locamente enamorada de su joven amante. Se encuentra desesperada por los celos que le provoca su amado que, según parece, la va abandonar por otra mujer más joven. Al mismo tiempo, Alfred ama desesperadamente a Constance pero ella solo lo acepta como amigo. Son dos personajes que se consumen en su obsesión amorosa no correspondida.
Aunque por el desarrollo de la obra parece que la acción ocupa un amplio espacio de tiempo, casi al final, con una imposible vuelta de tuerca, eres consciente que toda la angustia de Constance ha transcurrido en esas veinticuatro horas de la novela.
La representación de Sensible se plantea como una obra poética en la que las palabras, la angustia del amor, la música y la danza expresiva de los sentimientos de Alfred / Muraday nos transmiten el espíritu de, esa pasión sin razón que es, el amor.
Con todos los elementos a favor, el original e inteligente proyecto ¿por qué no funciona? ¿por qué caemos en el tedio?
El argumento es insuficiente, los personajes no se definen salvo por el momento de desesperación en que los encontramos. Un lamento continuo en un ente abstracto siempre resulta cargante, aunque presente frases bellas en algunos momentos. Un drama necesita de un personaje bien construido, sobre todo si va a ser un drama sin pausa, para conseguir una mínima empatía con lo que ocurre.
La belleza de la poesía puede arrobarnos pero el teatro no es poesía y su duración misma produciría agotamiento al más dispuesto.
Era un descanso, ante tanta desesperación, el silencio musical con la maravillosa y escasa danza de Muraday. Aquí también nos faltó que Muraday trabajara más la coreografía, muchos de sus movimientos resultaban deja vu.
Un desacierto fue la utilización de voz grabada, sin criterio uniforme y con una leve disonancia con la voz de los actores que también utilizan micros.
Juan Carlos Rubio no acierta con la plena integración de la danza y el drama. Por otra parte, algunas decisiones resultan sorprendentes como, por ejemplo, hacer que Constance hable a su amante dirigiéndose a la cajita de música...
La escenografía de Curt Allen Wilmer destaca por conseguir, con pocos elementos, una belleza y un marco significativos. Vemos un dormitorio semicircular de altos cortinajes, con una plataforma central giratoria sobre la que se encuentra una cama que semeja un féretro. Sobre la cama, los dos enamorados ocuparán cada lado; la plataforma reforzará los movimientos de Muraday.
El interés de Sensible recae en la gran interpretación de Kiti Mánver (que se suba más al escenario, por favor), en la acertada música, la gran técnica de Muraday y la estupenda escenografía.
Texto novela: Constance de Salm
Versión y dirección: Juan Carlos Rubio
Intérpretes: Kiti Mánver y Chevi Muraday
Escenografía: Curt Allen Wilmer
Música: Julio Awad
Vestuario: María Luisa Engel
Sonido: Sandra Vicente
Coreografía: Chevi Muraday
Teatro: Teatros del Canal 27 de septiembre a 22 de octubre de 2017
Duración: 70 minutos