El sigilo

Como en otras ocasiones ya he escrito, el teatro social cae muchas veces en las buenas intenciones, que son insuficientes para levantar un espectáculo teatral sólido.

El maltrato a la mujer en el ámbito de la pareja nos preocupa a todos, grave e intolerable problema que merecería ser tratado con una dramaturgia que no se quedara en exposición y denuncia (para eso hay otros medios).

El sigilo es un proyecto endeble que se mantiene por la maravillosa interpretación de Georgina Rey y Flor Saraví que nos acogotan en el asiento sin respiración. Lo consiguen a pesar del monótono texto que hace larguísimos los 45 minutos de duración.

El ser humano, con las mejores intenciones, se agota y pierde la atención por el sufrimiento ajeno cuando se repite y alarga; ocurre en la ficción y en las noticias reales. Somos así, la monotonía nos espanta, incluso la que viene de la injusticia y el dolor.

La dramaturgia precisa crear un perfil mínimo en sus personajes si quiere mantener la empatía del público y también precisa dar respiro al drama y el dolor.

Otro handicap que presenta El sigilo es conseguir la verosimilitud en aquellas escenas donde una de las mujeres mantiene un diálogo con su marido (ausente en escena). No es fácil conseguirlo, hablar a la nada y convencer que hay otra persona al lado, pegado al personaje, es un reto que aquí no sale airoso.

El sigilo tiene su interés en el gran trabajo de las actrices.

Texto: Patricia Suárez

Dirección: Pablo Razuk

Intérpretes: Georgina Rey y Flor Saraví

Teatro: El Umbral de Primavera Octubre 2017

Duración: 45 minutos