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Peceras




Las obras de Carlos Be pretenden provocar una reacción del espectador frente a las injusticias de la sociedad o de los individuos. Al menos en las obras que he visto o leído.








Peceras nos presenta a dos simpáticos amigos, uno soltero y otro separado, que quieren montarse una juerga, incluso nos invitan a ella; empiezan a beber, hacen comentarios machistas, son unos típicos fachas. En ese ambiente distendido, llaman inesperadamente a la puerta y aparece una mujer: El hombre separado ha contratado una puta y empiezan a “jugar” con ella, pero la situación se vuelve violenta...


La implicación del público en la obra surge desde el principio, hay un juego ambiguo que nos introduce en la dinámica de la representación, hay un diálogo con el espectador. Formamos parte de lo que vemos, cae parcialmente la cuarta pared para ser algo más que testigos y si sólo somos testigos nos convertimos en voyeurs cómplices, hemos perdido la inocencia de público, del “no va conmigo”. La sala en la que nos hemos sentado es el propio decorado de la obra. Estamos atrapados en la misma pecera que los personajes; ya no vale una pecera propia que nos aísla de lo que no queremos ver, una pecera donde solo está nuestra gente y nuestra confortable vida.


Los tres actores, Carmen Mayordomo, Fran Arráez y Manuel Moya, están espléndidos, sus silencios y gestos son fundamentales para dar credibilidad a sus personajes y a la situación que estamos viviendo. Nos miran, nos saludan y hablan, nos animan para que intervengamos y si hace falta apagar la luz para que nos atrevamos, se apaga. La brutalidad se palpa, las miradas de desprecio en esos silencios prolongados encogen el corazón.


El dramatismo de la obra hubiera alcanzado mayor profundidad si el personaje de Carmen Mayordomo tuviera un perfil psicológico más desarrollado, si tuviera una entidad individual; su papel resulta esquemático, frío, y no permite empatizar con esa mujer maltratada como personaje, sino con una mujer cualquiera en sus circunstancias. Por tanto, aquí los límites de obra denuncia y texto narrativo están menos definidos. Por poner otro ejemplo, en su obra "Añicos", también cargada de violencia y realidad social, todos los personajes tienen su personalidad propia bien desarrollada y los resultados lejos de ser melodramáticos, son igualmente contundentes.


El ritmo de la obra, sus pausas y movimientos en escena, dan otra dimensión al texto, escrito y también dirigido por Carlos B. Aquí es muy importante la dirección y es uno de los casos en los que el autor es un buen director.


El debate tras ver la obra demuestra que nos ha enfrentado con temas inquietantes. Un ejemplo: hemos visto impasibles un acto violento, nos hemos revuelto en nuestros asientos pero no hemos intervenido, ¿no es lo que ocurre en la realidad física muchas veces? ¿no es un héroe el que interviene para parar la agresión cuando debería ser lo habitual? ¿no es esta actitud pasiva la que tenemos frente al televisor y pasamos página?


Peceras no te dejará indiferente. ¿No es lo que buscamos en el teatro?


Hay que seguir acudiendo a ver las obras de Carlos B.

Texto: Carlos B.

Dirección: Carlos B.

Actores: Carmen Mayordomo, Fran Arráez y Manuel Moya (reparto en el reestreno)

Vestuario: Antoni Delgado

Producción: Sara Luesma. The Zombie Company

Teatro: Lara desde el 17 de octubre al 19 de diciembre de 2016.

2ª temporada en Lara: 16 de octubre a 25 de diciembre de 2017

Se estrenó en La pensión de las pulgas (2012)

Premio a la Mejor Obra y a Mejor Actriz (Carmen Mayordomo) en el Festival de Teatro y Danza Independiente Indifestival de Santander 2013

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