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La marcha Radetzky (1932) de Joseph Roth

SERIE NOTAS



Joseph Roth es uno de esos escritores que pertenecen al Olimpo de los genios, con las primeras frases de un libro suyo percibes que conoce en profundidad la vida y el alma humana, sus alegrías y sus crudezas y que, a pesar de todo, de toda su amargura y decepción, ama a sus personajes y por tanto a la humanidad. Si además se tiene en cuenta su vida, su decepción por el derrumbe de la sociedad que amaba, la huida de la Austria nazi para terminar en un París donde se da a la bebida hasta acabar con su vida, su obra se impregna de una aureola especial. A veces la vida del autor se suma a la obra y te plantea nuevos enigmas. Hay casos como los de Robert Walser, Hölderlin o Stefan Zweig en literatura, Van Gogh o Gauguin en pintura, por poner algunos ejemplos, en los que por sus circunstancias vitales traumáticas ocurre lo mismo. Obra y vida dejan una huella mutua que las envuelve.


La historia de "La marcha Radetzky" relata la vida de tres generaciones de los Trotta, aunque se centra en la vida del hijo (gobernador) y sobre todo del nieto (Carl Joseph) del héroe de Solferino que salvó la vida del emperador Francisco José.







Aunque el argumento de la novela es apasionante, destacaría sobre todo el magnífico retrato de esos dos personajes protagonistas en el contexto de la descomposición del imperio austro-húngaro.

Hay varios personajes que marcan la trayectoria vital y humana de ellos y también quedarán en nuestra memoria. En el caso de Carl Joseph, destacan su primera amante y el amigo médico que se involucra en un duelo en el que no cree; en la vida de su padre, el gobernador, tendrán gran relevancia su asistente, especialmente desde que muere, su compañero jugador de ajedrez y el pintor, amigo de juventud y superviviente borracho a lo largo de su vida.

La educación tradicional del padre marcará su forma de actuar en su vida, de educar a su hijo y de conducirse por una sociedad que ha cambiado, pero a la que ignora. En contraposición, Carl Joseph no encuentra su sitio en ese mundo que se transforma, su universo amado en descomposición y no será capaz de adaptarse a ese entorno que percibe como ajeno, fruto también de su propia indolencia, su falta de impulso para tomar decisiones en la vida, la ausencia de la inteligencia necesaria para sobrevivir y que su propio padre ve desde el principio.


Este tipo de personajes que se dejan arrastrar por el torbellino de las circunstancias de la vida, personajes pasivos o débiles que acaban engullidos en esa espiral, son muy característicos de la narrativa de Joseph Roth. La vida devora al hombre, como lo devoró a él mismo.


“Como un cruel anfitrión, la vida le obligaba a seguir a la mesa porque todavía no había consumido toda la amargura que le estaba reservada”…es el futuro de los que sobreviven.


Se podría contar mucho más sobre este libro pero estas son las escasas notas que recogí en su día.


"La marcha Radetzky" es una obra maestra.



Editorial: Edhasa

Páginas: 349




De Joseph Roth destacaría como su mejor novela "Job. Historia de un hombre sencillo".

Otros grandes libros serían "La cripta de los Capuchinos" y "La rebelión", así como los relatos cortos "El espejo ciego", "El triunfo de la belleza" y "Abril. Una historia de amor".

En casi todas sus obras no deja de transmitirte algo profundo como en "La historia del santo bebedor", donde refleja su propia vida de borracho, o en la sencilla peripecia del vendedor de corales de "El Leviatán".

Otros buenos libros que he leído de este gran escritor y que también os recomendaría si os han gustado los anteriores: "Fuga sin fin", "Hotel Savoy" y "Jefe de estación Fallmerayer".

Sólo en dos ocasiones su literatura no me ha convencido, concretamente en "La tela de araña" y "Zipper y su padre".


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