JUAN JOSÉ SAER su obra tras la lectura de "El limonero real", "Nadie nada nunca" y "La Grande"
SERIE NOTAS
Juan José Saer (1937-2005) escritor argentino, autor de doce novelas y varios libros de cuentos y ensayos, es uno de esos autores personales que podría ser grande pero se queda en interesante y muchas veces aburrido por abandonar el argumento, a medio desarrollar, y permanecer en sus supuestos formales, originales pero insuficientes.
Hay una excepción, un libro magnífico aunque brutal e irregular: "El entenado" (1982). Una novela que cuenta las desventuras de un español de la conquista americana que es capturado por una tribu caníbal y se convierte en un esclavo, testigo de su forma de vida pero también de su salvajismo. Realmente, es el único libro que se sale del contexto argumental habitual en su narrativa, su tiempo actual, y donde la morosidad se diluye en la descripción de los acontecimientos (aunque exista en este libro mucha observación de detalles etnológicos). Fue el primero que leí sin conocer la decepción que luego tendría, uno tras otro, hasta parar con la lectura de 7 obras de Juan José Saer. No dejéis de leer "El entenado", a pesar de los comentarios que siguen.
"Las nubes" (1997) es su segundo mejor libro. Narra el azaroso viaje de unos locos guiados por un joven psiquiatra, junto a otras personas: prostitutas, gauchos... que conforman una curiosa caravana. Atravesarán la inmensa pampa hasta llegar a Buenos Aires y el camino estará lleno de peligros. La historia se sitúa a principios del siglo XIX.
"La pesquisa" (1994) es una novela fallida por un final inconcluso y sin sentido que convierte toda la historia en algo innecesario. Argumento: una reunión de amigos cuyo tema principal de la conversación es un asesinato. Permanece en la memoria la atmósfera cálida que envuelve esas charlas.
"Glosa" (1985) es la peor novela que he leído de Saer, con una narrativa atrapada en su propia estructura original que impide un desarrollo interesante más allá de lo anecdótico: entrecruce de conversaciones a lo largo de cruces de calles donde el tema es una fiesta y lo acontecido en ella, contada uno a otro por referencias de otros, ya que ellos no han estado en esa fiesta. Todo transcurre, por tanto, en los encuentros casuales en las calles y con el único tema de la fiesta.
Cerrando definitivamente la lectura de este autor con estos tres libros, resulta decepcionante esta última revisión de su obra, aunque esclarecedor de los defectos que impidieron volar más alto.
La morosidad y repetición de detalles descriptivos, atmosféricos y naturales, colapsan su narrativa (en "La grande" se repiten párrafos enteros). La ausencia de progresión e interés argumental no es motivo para que un libro pueda ser bueno (hay cientos de ellos), pero la repetición minimalista y de lo accesorio lastra de forma irremisible cualquier otra cualidad. Cualidad: transmitirnos a través de episodios sencillos, la dura realidad y la extrañeza que puede ser y sentir el ser humano.
"El limonero real" (1974) nos cuenta la reunión de una familia para celebrar el fin de año en una costa de cañaverales y a la que acude sólo el viejo en su barca; la mujer nunca sale de casa porque está de luto por la muerte de su hijo (ocurrida hace una década). Los recuerdos fluyen… uno de los mejores momentos descriptivos surge cuando relata la llegada a la isla del padre con su hijo, inmersos en una niebla envolvente. A destacar también el lenguaje parco, de pensamientos sobreentendidos de estos personajes que viven en la naturaleza más básica, puro existir, subsistencia. Y la idea del despertar del viejo sabiendo que ella, a su lado, ya está despierta (idea que, por otra parte, repite ¡tantas veces!).
"Nadie nunca nada" (1980) se centra en un personaje encerrado en su casa, desde la que ve la playa llena de bañistas, que bebe limonadas y alcohol, se acuesta con una mujer y vigila un caballo que da de comer un chaval. Abandono, sopor, calor, ruidos de bañistas….. son los elementos que completan esta novela. Hay una dinámica diluida, los asesinatos que se están cometiendo con caballos… Nada.
"La grande" (2005) es su última novela y la más larga. Es un libro incompleto (falta el último capítulo) pero ya sabemos que no afecta argumentalmente. Aquí hay múltiples cruces de personajes (aparecen algunos de otras novelas previas como Tomati), y una reunión general alrededor de una comida (otro icono de Saer). En esta ocasión está más pendiente de cómo coge un tenedor un personaje o dónde mira o de la tormenta, que del diálogo o de dar contenido a sus personajes... Nada.
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